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7 palos, sabes la de lentes que compro
Aunque sea con una Hasselblad... es más fiero que mordiscón de yacaré en "las partes"...Ahh!!! Pero con una Hasselblad, cualquiera lo saca bien
Además, cuando veo este tipo de cosas, del partido que sea... recuerdo a Bakunin con mucha simpatía...
Tuve que mantener con fuerza la compostura para no largar la carcajada... JajajajaAunque sea con una Hasselblad... es más fiero que mordiscón de yacaré en "las partes"...
Una de dos ... O el fotógrafo es muy malo...o larata es muy poco fotogénico...Otra buena foto...
Foto de perfil by Horacio Rodríguez Larreta, en Flickr
Hasselblad H4D-50
HC 150N
Ver los datos Exif...
Saludos,
- Date and Time (Modified) - 2012:09:03 11:28:48
- Artist - Estudio Sisso Chouela
- Copyright - Hasselblad H4D
- Lens Model - HC 150N
- ISO Speed - 100
- Exif Version - 0210
- Date and Time (Original) - 2012:08:17 11:59:22
Walter
Yo fracase rotundamente en mantenerla XDTuve que mantener con fuerza la compostura para no largar la carcajada... Jajajaja
Por suerte, parece que pudo recuperar su equipo.De Facebook
Link:
Relato de mi odisea por Vaca Muerta:
Me llamo Stefan Borghardt, tengo 28 años, soy de Alemania y estudio fotoperiodismo. Desde fines del año pasado estaba trabajando en un proyecto personal sobre el Fracking, en las zonas de Vaca Muerta y el Alto Valle rionegrino. El lunes, 7 de enero, por las 18 horas andaba por el lote 56 de la empresa Treater Neuquén S.A. cerca de Añelo, fotografiando los basureros petroleros a cielo abierto. Saqué varias fotos con las dos cámaras profesionales que llevaba encima y alcancé a sacar cuatro fotos con el celular. Ahí me agarró un supervisor, me llevó a la entrada del predio en su camioneta y habló por teléfono con su jefe. Éste insistió que borrara las imágenes y yo aparenté que había sacado todas las fotos en rollo. Llamaron a la policía y me llevó a la comisaría 10 de Añelo. Durante el trayecto, la oficial que estaba sentada a mi costado, se metió en mi celular reproduciendo mensajes de voz y leyendo otros mensajes personales enviados y recibidos en altavoz, sin mi autorización.
Después, en la comisaría, tampoco me permitieron usar mi teléfono. Además, ya tenían evidencia de que yo era periodista por mi carné de prensa que se los había presentado. Me hicieron dejar todas mis cosas arriba de la barra de atención. Me hicieron un montón de preguntas mientras la oficial labraba el acta de mis pertenencias. Cuando me apresuró para que lo firmara, insistí en leerlo con calma antes de poner mi firma abajo, para asegurarme que estaba todo documentado de forma correcta. Se enojó y me llevó a un calabozo, empujándome e insultándome. A un testigo que habían llamado para firmar el acta por mí, no lo alcancé a ver. En el primer calabozo me pegaron, me patearon y un oficial que me maltrataba con una escoba desde lejos me dijo que odiaba a todos los alemanes. Otro policía me insistió que me apurara a quitarme los cordones de las zapatillas, porque sino me ayudaría él, y sacó un navaja del bolsillo para asustarme. También me dijo que si me decían que firmara, tendría que firmar y que las cosas no funcionaban como yo me las imaginaba. Yo durante todo ese proceso actuaba de manera defensiva pidiéndoles que no me lastimaran.
Después de todo ese proceso me llevaron a otro calabozo, donde permanecí durante aproximadamente dos horas. Cada rato me venían a visitar oficiales para hacerme más preguntas. En ningún momento me dieron el agua que les había pedido. Un policía incluso me preguntó por el valor de mis equipos fotográficos. Me sacaron del calabozo por las 22:20 horas (aprox.) y me llevaron de nuevo a la barra de atención, donde firmé lo que creo que era la denuncia contra mi persona, la declaración de la hora de mi detención y de la liberación y además el acta, confirmando que me habían devuelto todas mis pertenencias. Me informaron que habían secuestrado todo mi equipo fotográfico, pero yo firmé igual. No pedí que me entregaran una confirmación del secuestro ni leí ninguno de los documentos. Firmé para salir del lugar al instante y para no meterme en más problemas. Ya había aprendido la lección de que no era el ambiente para reclamar mis derechos.
Acá les comparto las fotos que logré sacar con el celular y difundir antes de que me agarrasen. Teniendo en cuenta el importante trabajo de mis compañerxs, me parece que estas injusticias no deberían de ocurrir sin que se entere nadie. Espero poder recuperar los equipos que son mis herramientas de trabajo como periodista.
Notifiqué tanto la embajada alemana como organizaciones internacionales sobre lo sucedido.
Estaría muy agradecido por cualquier ayuda difundiendo el caso para defender la libertad de la prensa.
Saludos,
Walter
Que terrible!Ver el archivo adjunto 1817
Por Eduardo Longoni:
CRÓNICA DE UNA FOTO
Hace más de 30 años, tirado cuerpo a tierra en una terraza del suburbano bonaerense, hice una foto. Era el 23 de enero de 1989, creí que iba a cubrir otro alzamiento carapintada contra el gobierno de Alfonsín. Pero nomás al llegar, en medio de un tiroteo infernal en el cual tuve de esos miedos de verdad, terribles, angustiantes, me di cuenta que algo extraño pasaba. Fue el copamiento del Cuartel de La Tablada por el MTP. En aquella foto se veía a dos guerrilleros desarmados que se rendían ante un oficial del ejército. Era una foto interesante periodísticamente porque mostraba por primera vez en el día a los dos bandos en pugna. Pasaron años hasta que me enteré, que además de la enorme cantidad de muertos entre guerrilleros, policías y miembros del ejército, había cuatro desaparecidos. En ese instante la foto cobró otra dimensión. Los guerrilleros pasaron a tener nombre, José Alejandro Díaz arrodillado y con las manos en alto e Iván Ruiz, tirado detrás del oficial que empuña el fusil. Díaz y Ruiz están desaparecidos. La foto viajó hasta la Comisión Interamericana de Derechos Humanos que exigió a las autoridades argentinas que investigaran el hecho. Y más tarde fue la Corte Suprema la que reabrió el caso de las desapariciones en La Tablada basada en los documentos gráficos. Hoy la Justicia Federal condenó al general Arillaga, quien comandó la recuperación del cuartel, a prisión perpetua. Hoy Daniel, el hijo de José Alejandro Díaz, que vive en Nicaragua, puedo desahogar su dolor presenciando el juicio. Y hoy yo no pude contener las lágrimas comprobando cómo, este oficio de fotógrafo que abracé casi desde adolescente, a veces sirve para desentrañar horribles crímenes. Pienso en la nueva generación de fotógrafos a los que ahora les toca estar en la calle, en la poderosa herramienta que tienen en sus manos. En estos tiempos turbulentos y plagados de injusticia y desanimo hay que fotografiar. Las fotos tienen poder, el poder de una mirada honesta.
Fotos: Eduardo Longoni
Qué bueno que el fotógrafo tuviese es imagen!! Por fotografías durante las guerras se han reencontrado familiares. El poder del fotoperiodismo, en manos de fotógrafos y editores honestos es incalculable.Que terrible!
Es que si no usaba la plataforma quedaba muy petiza y al usarla quedaba muy alta, entonces mejor bajar unos centímetros agachándose.No entiendo, ¿para qué subirla a la plataforma, para que se tenga que agachar?